LIBRES COMO EL VIENTO Absteneos si sois de los que pensáis en el típico viaje de novios. Como Ashton Kutcher y Mila Kunis, Iago y Leticia hicieron el suyo sobre ruedas. Solo hay que verles para saber que no faltó el romanticismo.
15 de agosto de 2015. Actualizado a las 09:35 h.
Nuestros protagonistas dicen que esta es una luna de miel diferente, pero igual de romántica. Iago y Leticia se casaron en el 2013 y no sabían qué viaje hacer. Dudaban ante unos precios que en aquel momento se les hacían cuesta arriba y tampoco les atraía la rigidez de los packs planificados. Andaban perdidos buscando opciones hasta que unos amigos les dieron la idea de hacer su viaje en autocaravana. «Las personas que conocemos hacían los típicos exóticos a Punta Cana y demás, pero era mucho dinero y además estábamos atados por los hoteles y las fechas. Así que cuando nos comentaron la idea dijimos: `¿por qué no?´», recuerda Iago. Así fue como empezó su luna de miel. Miraron autocaravanas por toda España, hasta que dieron con Yakart y vieron que eso que tenían en mente empezaba a coger forma. «Nos fuimos desde Vigo hasta A Coruña para coger la autocaravana y llegamos a Barcelona por el Cantábrico, haciendo escalas por el norte», dice el novio, que cuenta que se fueron sobre ruedas mapa en mano y con mucha ilusión.
COSAS DE NOVATOS
Como en todo, en esto también hay que saber. Y los recién casados aprendieron a golpe de experiencia. «Un día llegamos a Donosti a eso de las siete y media de la tarde y ya estaban todos los aparcamientos ocupados, porque los ingleses y alemanes aparcan ya a las cinco y media o seis para descansar», señala Iago, que asegura que esa noche tuvieron que dormir en plena calle: «dormimos en una calle normal. Oíamos las voces de la gente, y la autocaravana temblaba cada vez que pasaba por su lado un autobús». Otra de sus anécdotas ocurrió también en el País Vasco. «Esa vez conseguimos sitio, pero resulta que utilizaban el área de descanso para hacer botellón. Ese mismo día fue el accidente de Angrois, siempre me acordaré de que me llamaron mis padres para contármelo», indica. Como era su primera vez, Iago tampoco estaba acostumbrado a conducir semejante bicharraco, y se las vio y se las deseó para pasar por alguna calle: «Meter embrague y primera es una aventura. Cuando arranqué, gritaba: `¡No me hagáis parar!?. Luego de vuelta a Salamanca pasamos por Plasencia, y el GPS nos mandó por unas calles que decíamos: `por aquí no entramos?. Cuando sales piensas: ?ahora sí que respiro tranquilo?». Salamanca fue su segunda vez en autocaravana, y viajaron allí porque les regalaron un fin de semana que compensase la pérdida de su luna de miel. Atención, porque esta es la madre de todas las anécdotas.
LES ROBARON LAS FOTOS
Justo al llegar a Barcelona, su destino, tuvieron la malísima suerte de que les entraron a robar en la autocaravana. Se llevaron el portátil, donde Iago y Leticia habían descargado todas las fotos -incluidas las de la boda- tras borrarlas de la cámara. Menos mal que a la ceremonia llevaron fotógrafo, y que tuvieron otro fin de semana en Salamanca para hacerse fotos nuevas. Pero esta pareja repetiría su luna de miel. «Fue muy divertido, y tuvimos libertad total para todo. ¿Que quieres parar a ver algo? Paras. ¿Que quieres ir al baño? Paras un momento y vas. Además te explican todo, es fácil y cómodo», afirman. De entre todos los momentos, Iago destaca cuando le dieron las llaves: «Tenía una sonrisa de oreja a oreja». Con eso se quedan.
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